Éste es un espacio crítico, transformador y progresista sobre el género y la educación. Intenta establecer un diálogo fructífero con educadores que quieren reflexionar y actuar en el espacio educativo y social en España colocando el género como la lente principal (aunque no la única!). Para es@s maestr@s que creen en una pedagogía feminista progresista en tiempos neolibrales.

This is a critical, transformative, and progressive space on gender and education. It aims to engage in conversation with educators who want to reflect and act in educational and social contexts in Spain placing gender at the forefront (along with other perspectives!). For those women and men progressive feminist educators who dare to teach in neoliberal times.



sábado, 22 de diciembre de 2012

¿y qué hay de la educación sexual y afectiva en un escuela multicultural?



Una de las asignaturas pendientes de la reciente ley del aborto en España es el de la educación sexual. Con toda la polémica que en su día desató la ley que permitía abortar gratuita y libremente a cualquier mujer a partir de los 16 años, parece que no es hasta este año que los datos han aumentado. Pero la cuestión es que uno de las preocupaciones de las feministas en relación con el aborto en España es el elevado número de abortos que hay en este país, frente a otros de la Unión Europea. Por lo tanto, la ley no sólo se centra en que las mujeres decidan libremente y con apoyo institucional qué hacer con la maternidad, sino ver cómo se puede ayudar a las mujeres a que no tengan que llegar a la tesitura de decidir si abortan o no. Pues, para muchas mujeres sigue siendo una compleja cuestión ética. Eso sí, personal. Otro tema sería por qué para algunas mujeres es un dilema ético mayor que para otras y, sobre todo, cómo se ha construido social y culturalmente a la mujer-madre y a la mujer que aborta que puede llenar de tantos remordimientos a una mujer que da ese paso.
Pero la educación sexual, sigue siendo la asignatura pendiente de la ley educativa en España y, en la reforma educativa en la que se está trabajando, no parece tener ningún papel. No tanto porque el partido conservador sea en su totalidad un partido ultraconservador o puritano, que no lo creo. Pero en materia educativa, la iglesia en España sigue teniendo demasiado poder y en los foros de discusión educativa el ala ultraconservadora parece tener demasiada voz.
Volviendo a la educación sexual, qué ha sido de ella. Qué ha sido de una materia tan importante y que debe ir más allá de cuestiones técnicas (enseñar a poner un condón, enfermedades sexuales…) y debería adentrarse en cuestiones afectivas, relaciones de poder y género... Me parece importante que en una educación pública y democrática siempre haya espacio a que las familias decidan qué quieren para sus hij@s y, por lo tanto, que los papás y mamás que no quieran que sus hij@s participen en estas clases por motivos religiosos o de cualquier tipo que no lo hagan. Pero eso no significa que no deban impartirse, por un lado, y por otro, que no tenga que tomarse en consideración la agencia del niño, de la niña o del adolescente. Pero, de nuevo, volvemos a adentrarnos en cuestiones complejas: ¿puede un adolescente o un/a niñ@ decidir en “total” libertad? ¿pueden las mujeres decidir en “total” libertad? Ante esta pregunta no puedo evitar el retrotraerme a mi adolescencia. Mis dos últimos años de secundaria fueron en un instituto público de Madrid. Ahí teníamos clases de educación sexual (principio de los 90). Eso sí yo jamás participé. Yo podía hacerlo, pero mi educación religiosa y mi religiosidad de ese momento me impedía ver eso como una opción. Supuestamente, yo decidí no ir. Pero en realidad, no decidí nada pues la opción de ir no la recuerdo como real. Aun así, según me contó una amiga, les enseñaron a poner un condón y les hablaron de enfermedades sexuales (posiblemente, les hablaron mucho del SIDA, pues era la época). ¿Pero qué ocurre con la educación afectiva dentro de la pareja, por ejemplo? ¿qué ocurre con las cuestiones de género dentro de la relación? ¿qué ocurre con la diversidad cultural en la relaciones de pareja? ¿y en la educación sexual y sensual en un sociedad diversa? Hablar abiertamente de sexo, ¿no es algo muy cultural? pero “lo cultural” ¿no ha perjudicado históricamente a las mujeres? pero “lo cultural” es, al mismo tiempo, para muchas mujeres un espacio de fortaleza y empoderamiento en sociedades diversas (por ejemplo, aquella mujeres que deciden llevar el hiyab). ¿Nos adentramos entonces en cuestiones éticas? Creo que sí. Considero que la educación sexual, afectiva y de pareja es una cuestión de justicia de género. Una no-educación sexual, afectiva y de pareja deja vulnerable a la mujer. Eso sí, no creo que haya una única forma de educar sexualmente y de decidir qué se enseña, cómo y por qué. Tal currículo tiene que ser fruto de una negociación en la que múltiples voces son escuchadas y deciden de forma paritaria.
Dejo múltiples cabos sueltos para que el diálogo continúe.











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